La Costa occidental de Sudáfrica es una región de considerable belleza, un tramo intacto del océano Atlántico y montañas agrestes que se extienden desde Ciudad del Cabo hasta Namibia. Es famosa sobre todo por los miles de flores silvestres que brotan en esta zona durante la primavera (de agosto a noviembre) y que cubren la región formando un auténtico caleidoscopio de colores. Puede visitarse en una excursión de un día desde Ciudad del Cabo, pero recomendamos alargar la estancia para poder disfrutarla en su totalidad.
El Parque Nacional de la Costa Occidental es el destino más cercano a Ciudad del Cabo, pero también puede visitar Namaqualand y admirar las mayores concentraciones de flores. Y puede combinar un viaje a la Costa occidental con unos cuantos días en Namibia, ya que la región se extiende hasta este país.
Pero las flores no son el único atractivo de la región. Hay una oferta variada de refugios pintorescos junto al mar, lejos del bullicio de la ciudad, y aldeas de pescadores que ofrecen una visión auténtica de la vida sudafricana.
La zona selvática de Cederberg se encuentra a unas dos horas y media por carretera desde Ciudad del Cabo y ocupa 71 000 hectáreas de terreno montañoso y agreste. Las montañas de Cederberg son espectaculares y resultan ideales para realizar excursiones de trekking y escalada en un entorno rústico, y para admirar el arte rupestre bosquimano, vestigio de una cultura ancestral. En el norte está la reserva natural Bushmanskloof, donde encontrará toda una variedad de vida salvaje, pájaros y plantas, además del popular Bushmans Kloof, un lujoso refugio que recomendamos encarecidamente, sobre todo si necesita pasar algún tiempo en contacto con la naturaleza y lejos del bullicio de la ciudad.
Puede contemplar las flores y las maravillas de la Costa occidental en una excursión de un día desde Ciudad del Cabo. El Parque Nacional de la Costa Occidental se encuentra a poco más de una hora de la ciudad, al igual que Langebaan, Paternoster y muchos de los lugares de interés de la región. Sin embargo, podrá apreciar mejor esta región si pasa unos cuantos días en ella y conduce junto a los campos de flores, hace trekking en las montañas, se aventura a bañarse en las frías aguas del océano Atlántico, se pasea por las singulares aldeas de pescadores y se maravilla con el arte rupestre bosquimano, entre otras muchas cosas.
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