Disfrutar de un safari en África es una experiencia que conquista y atrapa a quienes deciden vivirla. Conocer a los “Cinco Grandes”, pasear por la sabana o, simplemente, contemplar un atardecer africano son algunos de los inolvidables momentos que ofrecen los safaris. Sin embargo, el continente africano también ofrece paradisiacas playas, vibrantes ciudades y maravillas naturales que visitar. Por ello, para aquellos que buscan perder el menor tiempo posible durante el trayecto y aprovechar al máximo el viaje, existen vuelos directos, conocidos como fly-in safaris, que llegan directamente a las reservas o parques nacionales.
Además de la ventaja obvia de ahorrar tiempo, un viaje de estas características le regala increíbles vistas de la espectacular geografía africana y una perspectiva aérea de los destinos que planea visitar, sin mencionar que puede ofrecerle sus primeros avistamientos animales mientras el avión desciende para el aterrizaje.
Un Fly-in Safari usualmente emplea una aeronave ligera y pistas de aterrizaje privadas, las cuales, dependiendo del destino, pueden llegar a ser un tanto rudimentarias. Y, aunque este quizá no sea el método de transporte más recomendable para aquellos con miedo a volar, para la mayoría, añade incluso más emoción a su aventura africana.
Los vuelos directos al Aeropuerto Internacional Kruger Mpumalanga, situado a apenas cuarenta kilómetros del Parque Nacional Kruger de Sudáfrica, permiten no perder tiempo para visitar este inmenso parque. Además de los “Cinco Grandes” —búfalo, león, guepardo, rinoceronte y elefante— el Parque Nacional Kruger protege a 147 especies de mamíferos, 517 de aves, 120 de reptiles, 52 de peces y 35 de anfibios. También es posible llegar directamente a algunas reservas de animales cercanas al Kruger como Londolozi, Sabi Sabi, Ulusaba y Exeter. En estos espacios los safaris son más exclusivos que en el Kruger, pues el número de visitantes es menor y se observan estrictos límites de vehículos por avistamiento.
Los viajes en avión también permiten descubrir parajes de África que en vehículo supondría conducir durante demasiadas horas o que simplemente son inaccesibles mediante otro medio. Algunos de estos recónditos escenarios incluyen el delta del Okavango de Botsuana, la Reserva Nacional Másai Mara de Kenia, el Parque Nacional de Katavi de Tanzania y la Reserva Niassa de Mozambique. La ventaja de visitar estos destinos es que, al ser tan remotos, reciben pocos visitantes en comparación con los grandes parques nacionales y, ante la limitada presencia humana, el comportamiento de los animales es verdaderamente salvaje. Sin duda, una gran opción para aquellos que buscan una aventura de safari más auténtica.