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Viaje a Mozambique y visite Maputo, con su clima subtropical, su hermosa y abrigada bahía y una fusión de arquitectura portuguesa, espontaneidad africana y cocina indoportuguesa-africana. Maputo conserva gran parte de su mística colonial. Aquí las discotecas bailan a ritmo de samba hasta el amanecer e innumerables puestos callejeros venden barbacoa de pollo piri-piri preparada in situ, matapas, patatas fritas y langostinos ardientes. Cientos de cafés con terraza, docenas de discotecas y algún que otro sórdido local de strip tease complementan el vibrante ambiente de esta capital en la que uno se siente más en Latinoamérica que en África.
Creado a imagen de las ciudades portuarias portuguesas, como Lisboa, Maputo está lleno de amplias avenidas arboladas con aceras de mosaico. Magníficas joyas arquitectónicas comparten espacio con horribles bloques de pisos en los que una cabra amarrada en el balcón se considera algo normal. Un batiburrillo de lo hermoso, lo pintoresco, lo antiguo, lo moderno, la riqueza, la pobreza... una mezcla de culturas épocas y religiones. Maputo es un auténtico crisol y sus vivencias en la ciudad siempre le enriquecerán y le resultarán satisfactorias.