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Cuando se visita Sudáfrica es fácil entender por qué se le conoce como la “Nación Arcoíris”. Con un total de once lenguajes oficiales, este es un destino que brilla por su diversidad. Igual de variados son los paisajes que componen su territorio, oscilando entre los exuberantes bosques esmeralda de su costa este y el montañoso desierto del Gran Karoo. Con tal acuarela de culturas y panoramas, viajar a Sudáfrica garantiza unas vacaciones sensacionalmente coloridas.
Sea siguiéndole la pista a los más notorios animales africanos en un safari por el Kruger, viendo el atardecer desde Table Mountain en Ciudad del Cabo, surfeando las excepcionales aguas de la Costa Salvaje o familiarizándose con las bebidas locales en un animado township de Johannesburgo, las posibilidades en terreno sudafricano son interminables. Añade a la lista de opciones un tour gastronómico por los Viñedos del Cabo, una caminata por la majestuosa cordillera Drakensberg, una tarde divisando ballenas en Hermanus o un recorrido por los históricos campos de batalla de KwaZulu-Natal y ya tendrá una idea de lo que este país tan increíblemente diverso tiene para ofrecer.
Al localizarse en el hemisferio sur, Sudáfrica es un refugio veraniego para el inverno europeo y centroamericano y sus dos aeropuertos internacionales (Ciudad del Cabo y Johannesburgo) reciben vuelos desde la mayor parte del mundo.