Si está preparándose para su primer safari, lo más probable es que se tope con el término Big Five (“Cinco Grandes” en español) en repetidas ocasiones y, si no está muy seguro de lo que significa, aquí le explicamos con lujo de detalle.
“Los Cinco Grandes” es el nombre de un grupo de animales africanos compuesto por el león, el leopardo, el rinoceronte, el búfalo y el elefante. Pero, ¿por qué se les llama así?
Al escuchar el término por primera vez, quizá asuma que se debe al tamaño de estos icónicos animales y no sería la primera persona en cometer ese error. Después de todo, el adjetivo “grandes” ciertamente apunta a esa conclusión. De hecho, aquellos familiarizados con la fauna de África comúnmente se preguntan por qué el hipopótamo —que llega a pesar varias toneladas— no es parte de este grupo.
La respuesta se encuentra en los orígenes del término, acuñado entre los inicios y mediados del siglo diecinueve por los exploradores que llegaron a África a colonizar la tierra y, más tarde, a cazar por deporte. Toda clase de personalidades, desde presidentes americanos hasta realeza europea, viajaban a África para cazar a estos animales, los cuales recibieron el título de los “Cinco Grandes” no por su tamaño o popularidad, sino debido a la dificultad y peligro de rastrearlos y cazarlos a pie.
Por fortuna, los dueños de las reservas en las que se llevaban a cabo estas expediciones eventualmente se dieron cuenta que todo ese tiempo habían estado sacrificando sus más grandes tesoros. Conscientes de su error, estos propietarios recurrieron al turismo y la época de los grandes cazadores abrió paso a una nueva era de conservación. Irónicamente, los animales que los cazadores más temían se convirtieron en los favoritos de los visitantes y, hoy, los únicos disparos hacia los “Cinco Grandes” son los de las cámaras fotográficas de aquellos que desean capturar la magia de verlos en libertad, una de las experiencias más memorables que se pueden disfrutar en la vida.
¿Listo para conocer a los “Cinco Grandes” en persona? Bien, pues lo primero será elegir el destino adecuado.
El continente africano está repleto de excelentes destinos para familiarizarse con su vida salvaje, pero solo una exclusiva selección de ellos puede alardear de ser hogar de las cinco especies más icónicas de África.
En Sudáfrica tenemos el Parque Nacional Kruger, una eminencia de safari por su increíble biodiversidad, entre la que destacan unas 150 especies de mamíferos. Los alrededores del Kruger también albergan una colección de reservas privadas, como Sabi Sand —notoria por su numerosa población de leopardos —, que combinan lo mejor de la fauna del Kruger con una experiencia de safari a la medida y lujosos recintos. Mientras tanto, algunas reservas privadas del Cabo Este, así como la Reserva Privada de Animales Madikwe en el norte del país, son una gran opción para que las familias conozcan a los “Cinco Grandes” en un área libre de malaria, si bien, en este caso, los avistamientos de leopardos suelen ser poco comunes.
Más al norte hallará el Parque Nacional Etosha. Puede que la reserva más emblemática de Namibia carezca de búfalos (los cuales puede encontrar en la cercana meseta Waterberg y en la franja de Caprivi), pero su abundante población de elefantes y leones compensa esa carencia con creces. Además, Etosha es uno de los mejores destinos en África para ver al escaso rinoceronte negro. Mas el verdadero encanto de este parque es su habilidad para traer los animales a usted. Simplemente instálese justo a uno de sus numerosos abrevaderos naturales y prepárese para un desfile salvaje.
Quizá batalle en encontrar un rinoceronte en el Chobe o la Reserva de Animales Moremi, los dos pesos pesados del safari en Botsuana, pero, ya que el país es territorio de las manadas de elefantes más numerosas de África, un enorme número de búfalos y leones, así como una importante población de leopardos, probablemente no extrañará demasiado su presencia. Visite el río Chobe entre agosto y octubre y entenderá por qué esta región es conocida como la “capital del elefante” de África.
Con toda la atención enfocada en la Gran Migración, es fácil olvidar que el Masái Mara, en Kenia, también es hogar de los “Cinco Grandes”. Para disfrutar lo mejor de ambos, una visita entre agosto y noviembre será la posibilidad de ver a los leones residentes al acecho de las multitudes de ñus migratorios. Mientras tanto, en el Parque Nacional Amboseli, el imponente monte Kilimanjaro es un digno reemplazo del rinoceronte y preside sobre el resto del quinteto animal más emblemático de África.
Los vastos pastizales del Serengueti, en Tanzania, favorecen más a las manadas de ñus y cebras que al elefante o al rinoceronte, pero la increíble abundancia de vida salvaje definitivamente contrarresta la posibilidad de perderse de alguno de los “Cinco Grandes”. Además, el paso de la Gran Migración entre noviembre y julio es la oportunidad perfecta para ver a los leopardos y leones del parque en acción. Por su parte, el cráter Ngorongoro, también en Tanzania, ofrece algunos de los safaris más gratificantes en el este de África y no es inusual ver a los “Cinco Grandes” en un solo día aquí.
Zambia y Zimbabue suelen ser subestimados como destinos de safari, sin embargo, ambos albergan una envidiable riqueza de vida salvaje. Tan solo el Parque Nacional Hwange es hogar de entre 30 y 40 000 elefantes —la segunda población más numerosa de estos paquidermos después de la del Chobe — y el resto de los “Cinco Grandes”. Por su parte, y a pesar de la ausencia de rinocerontes, el Parque Nacional Luangwa Sur es el destino de safari estrella de Zambia y, ya que gran parte de su extensión sigue prácticamente inexplorada, ofrece una experiencia de safari verdaderamente salvaje.