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Brazzaville, la capital de la República del Congo, descansa elegantemente en las orillas del río Congo. Su naturaleza agradable y relajada contrasta con su bulluciosa vecina, Kinshasa. La ciudad bebe de una gran influencia francesa, la cual puede verse en sus coloridos edificios coloniales, sus arboladas avenidas y sus antiguas iglesias católicas.
Precisamente estas iglesias son una de las principales atracciones de la ciudad: la gran basílica de Sainte-Anne se levanta con orgullo bajos techos verdes, mientras que la catedral del Sagrado Corazón ofrece unas increíbles vistas. La relajada naturaleza de la ciudad queda rota por el ajetreo y el bullicio de Marché Total, el mercado más grande de Brazzaville y que alberga una maravillosa variedad de productos.
La ciudad también actúa como puerta de entrada a todas las maravillas naturales del país, siendo un gran lugar para comenzar tu viaje a través del río Congo y los bosques del interior. El aeropuerto Maya Maya de Brazzaville recibe vuelos de una gran variedad de ciudades africanas, así como desde París y Dubái.