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Antananarivo, popularmente conocida como Tana, es la capital y puerta de entrada de Madagascar. Situada al centro del país, la ciudad es un lugar de contrastes, donde caminos de piedra y edificios históricos comparten el espacio con campos de arroz y verdes colinas, y cuyas influencias orientales, occidentales y africanas se reflejan en su arquitectura y cultura.
Tana es la ciudad más importante de Madagascar cultural y turísticamente hablando. Un atractivo inesperado de esta pequeña metrópolis es su excepcional oferta culinaria, capaz de competir con los mejores restaurantes gourmet del mundo (por una fracción del precio). El vecindario de Haute-Ville, con sus inclinadas pendientes y bellos edificios coloniales, es un gran lugar para merodear en camino a Rova, la corona arquitectónica de la ciudad, cuyo interior fue consumido por un incendio, pero cuya estructura aún se alza orgullosamente en lo más alto de Tana.
A las afueras de la ciudad yace la antigua ciudad de Ambohimanga, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO y descrita como “el más importante símbolo de identidad cultural de la gente de Madagascar”. Antananarivo es la puerta de entrada al país, ya que posee un aeropuerto internacional con conexiones directas a numerosos destinos en el resto del mundo.